En una de las fotografías se aprecia cómo un soldado de Estados
Unidos ata las manos de una atemorizada niña iraquí de seis años en
presencia de otros pequeños y familiares. En otra, un soldado
registra a un niño afgano de apenas cuatro años en un control del
Ejército estadounidense. Según la cadena, la difusión de estas
imágenes ha sido la causa de que su página de Internet se haya
visto «inundada» de mensajes de usuarios en los que muestran su
repulsa.
«Esta clase de imágenes aumentan los resentimientos hacia las
tropas americanas en Irak y puede jugar también un papel
fundamental en la desmoralización de los soldados, que se ven
obligados a amarrar a pequeños niños», declaró en Washington el
portavoz de CAIR, Ibrahim Hooper.
El Consejo para las Relaciones Americanas-Islámicas ha abierto
una investigación para determinar la naturaleza de estos hechos y
se está asesorando para decidir futuras acciones.
Por su parte, un portavoz del Centro de Observación Islámico
(IOC), con sede en Londres, declaró quee estas imágnes revelen «una
indiferencia completa para los Derechos Humanos de los iraquíes».
«A cualquier ser humano normal debería repelerle la mera idea de
que se ate a niños», afirmó este portavoz, citado por Al Yazira.
«Habría que preguntarse sobre el estado mental de unos soldados que
se ven forzados a hacer esto», añadió.
Recientemente, el IOC suministró a Al Yazira fotografías en la
que se mostraba a soldados estadounidenses registrando a un
muchacho de cuatro años en una aldea afgana de la provincia de
Paktika (sureste de Afganistán), como parte de una operación
militar. Entonces, un oficial de alta graduación justificó esta
acción con el argumento de que el niño podría llevar explosivos
consigo y que la seguridad de los soldados estadounidenses era más
importante que el corazón o los sentimientos.
Mientras, la resistencia iraquí prosigue hostigando a las
fuerzas de ocupación en la conflictiva región central y al norte de
Irak. Ayer, un soldado estadounidense murió y otros tres resultaron
heridos en sendos ataques.
El soldado de la XVIII Brigada de la Policía Militar pereció en
un ataque perpetrado la noche del pasado domingo con cohetes
anticarro al oeste de la localidad de Iskandariya, a unos 50
kilómetros al sur de Bagdad, indicó el mando central.
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