El ministro de Defensa italiano, Antonio Martino (centro), visitó ayer la base de su país en Nasiriya.

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EFE-FRANCE PRESS
Tras dos días de consultas con sus más directos colaboradores y con el administrador civil para Irak, el estadounidense Paul Bremer, el presidente Bush confirmó el cambio de estrategia política y expresó su deseo de que los iraquíes «se involucren más en el gobierno de su país». En unas declaraciones en la Casa Blanca, el presidente informó de que Bremer regresa en las próximas horas a Bagdad para reanudar los contactos con el Consejo de Gobierno iraquí e impulsar el proceso.

Es la primera vez que el presidente estadounidense habla públicamente de cambios en la estrategia política en Irak, que consiste fundamentalmente en estudiar la creación de un Gobierno interino que ayude a los iraquíes a «digerir» mejor la invasión. Hasta ahora, la Casa Blanca había defendido la vigencia del Consejo de Gobierno, cuya labor ha sido muy criticada por miembros del entorno de Bush, y la necesidad de elaborar una Constitución y elegir un Parlamento democrático antes de tener un nuevo Ejecutivo.

Sin embargo, la incertidumbre sobre el terreno debido a la creciente hostilidad contra las fuerzas ocupantes ha cambiado el paso a la Administración estadounidense, muy preocupada por el negativo impacto de la posguerra en su opinión pública. No obstante, Bush dijo: «Tenemos una buena estrategia para derrotar a estos asesinos (...)».