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En un caso que empaña aún más la imagen del mundo financiero de Nueva York, las autoridades estadounidenses desbarataron una compleja red de estafas que operaba en el mercado de divisas desde hace 20 años.

Comey, quien destacó que el mercado de divisas es un sector enorme, con operaciones que pueden representar un billón de dólares diarios en volumen, dijo que los arrestos están relacionados con dos tipos de operaciones diferentes, uno para defraudar a pequeños inversores y otro a los grandes bancos.

El fiscal del distrito sur de Manhattan, James Comey, indicó ayer que la operación secreta, llamada «nickel wooden» (centavo de madera), llevó a la detención de 48 operadores de bolsa a quienes se acusa de defraudar a pequeños inversores y grandes bancos por millones de dólares.

El fiscal recordó que dentro del mercado de divisas hay operaciones al por menor de contratos futuros de divisas, completamente reguladas; y un mercado interbancario no regulado, en el que grandes entidades ejecutan sus propios intercambios de divisas.

En el primer grupo, más de mil pequeños inversores habrían perdido millones de dólares en operaciones clásicas de «hervideros», que consisten en entusiasmar a inversores entregando información falsa respecto a títulos con escaso valor y que están en poder de los estafadores.

Cuando los inversores «muerden el anzuelo» y compran dichos títulos y su valor sube con fuerza, los estafadores venden sus posiciones y obtienen enormes ganancias, mientras el valor de los activos se derrumba, con las consiguientes pérdidas para los pequeños inversores.