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Decenas de personas dispararon al aire mientras muchas otras hicieron sonar los cláxones de sus automóviles y repartieron golosinas en las calles de Bagdad para expresar su alegría, tras conocer la noticia sobre la detención de Sadam Husein. Minutos después, cientos de iraquíes se lanzaron a las calles en espontáneas demostraciones de júbilo, que recorrieron las principales ciudades del país.

Con pancartas con frases como «no al dictador», la mayoría de los bagdadíes mostró su satisfacción por la captura, que según el presidente de la Unión de Periodistas, Shehab Al-Timimi «pone fin a una sangrienta era y abre la puerta a la prosperidad y democracia».

Las manifestaciones de alegría tampoco se hicieron esperar en el resto de las ciudades iraquíes.

En el sur del país, centenares de shiíes tomaron las calles con fotografías de sus líderes religiosos, en clara muestra de satisfacción por el arresto de un presidente que marginó durante décadas a sus correligionarios, mayoritarios en el país.

En la otra punta de Irak, decenas de kurdos participaron en el norte en demostraciones de alegría en las que corearon canciones populares y dispararon al aire, una señal habitual de festejo, que está vez dejó 26 heridos.

También en el Kurdistán iraquí, la ciudad de Erbil fue escenario de varias manifestaciones convocadas por partidos políticos, en las que los participantes bailaron, mientras que los milicianos kurdos disparaban al aire.