El ex dictador iraquí fue sometido a un reconocimiento médico y a la toma de muestras de ADN. Foto: CNN PLUS/REUTERS

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«Lo tenemos». Con estas palabras confirmó ayer el estadounidense Paul Bremer, administrador civil de Irak, la detención de Sadam Husein, que tuvo lugar a última hora del sábado, en las proximidades de su localidad natal, Tikrit, y que ha provocado reacciones de júbilo entre los iraquíes.

Bajo una granja, detectaron un agujero de entre 1'80 y 2'10 metros de profundidad, una «madriguera de araña» la llamó Sánchez, a en cuyo fondo estaba Sadam Husein, quien no opuso resistencia. Se las arreglaba para respirar gracias a un tubo. En la operación se confiscaron dos fusiles de asalto AK-47, una pistola, 750.000 dólares y un taxi.

Bremer indicó, en rueda de prensa en Bagdad, que la detención se produjo el sábado a las 20.00 hora local en una granja de la ciudad de Adouar, a unos 30 kilómetros al sur de Tikrit.

En el momento de su detención se encontraba en el sótano de una casa. Su aspecto no correspondía exactamente al del líder derrocado, pero las pruebas que se le han realizado para su identificación han confirmado que se trata del ex dirigente. Paul Bremer instó a todos los iraquíes, ya sean «árabes o kurdos, suníes o chiíes, musulmanes o cristianos» a «iniciar un proceso de reconciliación» para reconstruir su país.

El jefe militar de las fuerzas de EEUU, Ricardo Sanchez, precisó por su parte durante la captura «no hubo un solo disparo», aseguró Sánchez antes de afirmar que «Sadam ha colaborado con nosotros». Sánchez explicó que las tropas estadounidenses, integrantes de la 4 División de Infantería y de las Fuerzas Especiales, acordonaron el área donde buscaban hasta que se dieron cuenta de la existencia de una choza de barro.