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El líder supremo de Irán, ayatolá Ali Jamenei, ordenó ayer al conservador Consejo de Guardianes de la Constitución (CGC) que reconsidere la prohibición de la candidatura de miles de reformistas que buscan participar en los comicios de febrero próximo.

Según la agencia iraní de noticias (IRNA), Jamenei recibió a los miembros del CGC en un intento de resolver la crisis política causada por la prohibición de la candidatura de más de 2.000 reformistas, entre ellos ochenta diputados en un parlamento de 290.

«Lo principal que hay que tomar en cuenta es si (el candidato) es apto o no», dijo Jamenei, durante la reunión. También instó al CGC a que «considere los perfiles positivos de las personas (que se presentan como candidatas) y no solamente los negativos».

Jamenei, que tiene la última palabra en la República Islámica, había subrayado que no pensaba intervenir en la crisis hasta que los canales legales demostraran ser inoperantes. El CGC, el máximo responsable del proceso electoral iraní, está integrado por 12 clérigos chiíes de alto rango y controlado por el propio Alí Jamenei.

Su decisión dio lugar a protestas pacíficas en medios liberales y decenas de diputados reformistas iraníes están protagonizando una sentada desde hace cuatro días en el parlamento. Por su parte, el presidente iraní, Mohamed Jatami, ha advertido de que el gobierno podría dimitir si no se celebran elecciones justas en el país y, de hecho, doce ministros reformistas ya han puesto su cargo a disposición del presidente.