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El Gobierno de Israel ha decidido ayer no comparecer en el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) de La Haya, cuyas deliberaciones sobre el muro de separación que Israel construye en Cisjordania comienzan el próximo día 23, según la oficina del primer ministro. El Tribunal, convocado por una resolución de la Asamblea General de la ONU, organismo del que depende, se reunirá en La Haya para determinar la legalidad del muro de 700 kilómetros que Israel construye en tierras palestinas.

El boicot al Tribunal ha sido decidido por el Ejecutivo israelí, poco después de que los abogados recomendaran al Gobierno mantenerse alejado de los procedimientos en La Haya, según el escrito de la oficina del primer ministro, Ariel Sharón. «El equipo ministerial (...), encabezado por Sharón, ha decidido lo que consta en el documento oficial redactado el 1 de enero, que dice que la Corte no tiene autoridad para escuchar alegaciones sobre la valla», asegura el documento. Los abogados, encabezados por el jurista inglés Daniel Betelheim, han aconsejado al Gobierno presentar un documento, para explicar y justificar la construcción de la valla, condenada de forma casi unánime por la comunidad internacional. Israel sostiene que el muro es «para impedir la infiltración de terroristas palestinos». Pese a la condena, Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y otros países han manifestado que el TIJ no tiene atribuciones suficientes para sustanciar el caso del muro, pues consideran que se trata de parte del «conflicto político» entre israelíes y palestinos y no de un conflicto legal. Este fue el argumento empleado por Israel para recusar al Tribunal, cuyo fallo no tendrá efectos operativos, pero puede afectarle políticamente si condenara la construcción, que perjudicará a más de 870.000 palestinos.

Hasta la fecha, se han construido cerca de 300 kilómetros de un total de 705 kilómetros. El Gobierno de Ariel Sharón, bajo presiones de los Estados Unidos, podría modificar el trazado de esa valla de alambradas y bloques de hormigón en algunos de sus tramos, para aliviar el daño que causa a la población palestina de Cisjordania, que queda aislada en «batustanes». Las autoridades israelíes ya han presentado al TIJ un documento de unos 200 folios con mapas y fotografías, entre éstas las de decenas de atentados de suicidas palestinos que atravesaron el límite de Cisjordania y se inmolaron en ciudades de Israel.