Kirchner (izq.) abandona la Casa Rosada acompañado de su ministro de Infraestructuras.

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EUROPA PRESS-BUENOS AIRES
El Gobierno argentino evitó ayer entrar en suspensión de pagos tras su decisión de afrontar al vencimiento de una deuda de 3.100 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional. La confirmación llegó a última hora, después de conocerse que el presidente, Néstor Kirchner, y la actual directora gerente del FMI, Anne Krueger, conversaron durante media hora y alcanzaron un acuerdo, que permitirá a Argentina tener acceso a un préstamo de 1.500 millones de dólares.

Según un canal de televisión local, en el diálogo se resolvieron algunas de las exigencias que el FMI había impuesto para aprobar la segunda revisión del programa económico. Uno de los puntos es el referido a las atribuciones que se otorgarán a los bancos que lleven adelante las negociaciones con los acreedores privados. El Gobierno ya eligió a esos bancos pero Kirchner aún no ha firmado el decreto correspondiente, por las diferencias en ese punto con el Fondo.

Después de vertiginosas negociaciones de última hora, finalmente Buenos Aires pagará la deuda que vencía ayer tarde. A cambio, el FMI emitirá hoy un comunicado conjunto con los detalles, en el que se compromete a aprobar la segunda revisión del programa económico que acordaron ambas partes en septiembre del año pasado, tal como pedía el Gobierno de Néstor Kirchner.

El otro punto es la aceptación que debe tener la propuesta para reestructurar la deuda. Mientras el FMI exige al Gobierno que cuente con el respaldo del 80 por ciento de los acreedores, el Ejecutivo sostiene que un 50 por ciento es suficiente. Además, ayer quedaron al margen otras dos exigencias del Fondo: que se acepte al Comité de Acreedores como interlocutor privilegiado en las negociaciones y que se fije una fecha para la discusión con los acreedores.