Milicianos iraquíes provocaron un incendio cerca de la ya tristemente famosa cárcel de Abu Gharib.
16/05/04 0:00
FRANCE PRESS-EFE
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que sufre una
caída en sus índices de popularidad, trata de contener el daño
causado por el escándalo de los abusos a presos iraquíes, mientras
promete mantener la ofensiva contra el terrorismo. Su discurso
radiofónico de ayer tuvo múltiples propósitos: renovar la confianza
de la opinión pública en la aventura iraquí; reafirmar su
compromiso con la lucha antiterrorista, y prometer castigos tanto
para los responsables de las torturas contra prisioneros iraquíes
como para los que mataron al empresario estadounidense Nicholas
Berg.
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