Ciudadanos iraquíes se manifestaron ayer en protesta por el ataque estadounidense contra un santuario en Nayaf.

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El primer ministro británico, Tony Blair, afirmó ayer que el futuro Ejecutivo de Bagdad «tendrá derecho a pedir que nos vayamos» tras el «traspaso real de poder» previsto para el próximo 30 de junio.

El gobierno interino iraquí reaccionó también con cautela al discurso de Bush sobre Irak y al proyecto de resolución. El Consejo de Gobierno Iraquí (CGI) exigió además el control del petróleo y el derecho a decidir la fecha de salida de las tropas de ocupación.

Blair hizo este comentario después de que el ministro iraquí de Defensa, Ali Abdelamir al Alawi, de visita en Londres, declarase que las fuerzas ocupantes de EE UU y Reino Unido saldrán de Irak «en cuestión de meses y no de años».

El primer ministro afirmó que el futuro Gobierno interino iraquí gozará del «control político» sobre las actividades militares de las fuerzas de ocupación.

Los planes para la entrega de la soberanía a Irak expuestos por EE UU y Reino Unido han recibido una respuesta timida. Este proyecto ha sido acogido ta por Francia y Alemania -dos de los países que se opusieron a la guerra- como «una buena base» para un acuerdo, mientras que Rusia ha insistido en que prefiere esperar a ver qué composición tendrá el gobierno interino en Irak antes de dar su visto bueno a la resolución.

La propuesta de resolución se divulgó pocas horas antes del discurso de Bush, en el que presentó «cinco pasos» para normalizar Irak: la devolución de la soberanía a un gobierno de transición, ayuda para la estabilidad y seguridad, la reconstrucción de la infraestructura, mayor colaboración internacional y celebración de elecciones.