El primer ministro israelí, Ariel Sharón, no ha podido rematar otra
de sus jugadas maestras, la de destituir a dos ministros para que
el Gobierno apruebe el domingo su plan de «desconexión» de los
palestinos, porque uno de ellos se ha escondido para evitar
oficialmente su cese. Se trata del ministro de Turismo de Israel,
Benny Elón, que está en paradero desconocido, sin que las
autoridades israelíes consigan entregarle, por ahora, la carta de
destitución.
Y es que la ley israelí establece que la destitución debe
notificarse por escrito y a partir de entonces, se cuentan 48 horas
para que sea efectiva. Fuentes gubernamentales han asegurado que el
intento de entregar la misiva de despido a Elón y su búsqueda
asemeja a una operación militar. A últimas horas de la tarde la
agencia israelí Itim aseguraba que el ultraderechista Elón se
encontraba en el asentamiento judío de Netzarim, en la franja de
Gaza.
Pero, fuentes de la oficina de Sharón advirtieron hoy: «no vamos
a contratar a detectives para buscar a Elón, porque no le será
permitida la entrada para participar o votar en el Consejo de
Ministros del domingo». Lo rocambolesco de la historia reside en la
artimaña de Sharón de destituir a dos de sus ministros «rebeldes»
para ganar la votación.
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