Esa misma zona de Avturí había sido peinada por unidades rusas, que
informaron de escaramuzas con un gran destacamento de guerrilleros,
hecho fuerte en esa zona de las montañas del sur de Chechenia.
El choque entre chechenes leales al Kremlin y separatistas duró
toda la noche en las cercanías de Avturí, a 25 kilómetros al
sureste de Grozni, la capital de Chechenia, y en él murieron 18
chechenes prorrusos y 24 guerrilleros separatistas.
La guerra se hizo oír también en Grozni, donde el presidente
interino, Serguéi Abrámov, salió indemne de un ataque con bomba, en
el que murió uno de sus guardaespaldas y sufrieron heridas dos
miembros de la comitiva en la que aquel se desplazaba, informaron
fuentes gubernamentales chechenas a la agencia Interfax. Estos
sucesos se producen a poco más de un mes de que se celebren en
Chechenia los comicios para elegir al sucesor de Ajmed Kadírov, el
presidente chechén asesinado el pasado 9 de mayo, cuya muerte
asestó un duro golpe a la estrategia del Kremlin en esa república
rusa del norte del Cáucaso. El combate que enfrentó a milicianos de
la guardia presidencial chechena y la guerrilla en Avturí se alargó
desde la noche del lunes hasta la mañana de ayer, indicó Ramzán
Kadírov, hijo del asesinado presidente y líder de esos
efectivos.
La auténtica batalla se produjo horas después entre los propios
chechenes que, a merced de la habilidad del Kremlin para atraerse a
su lado a los clanes principales, están divididos entre los fieles
a Moscú y quienes luchan por su independencia desde hace una
década.
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