En el primer atentado murieron once personas y otras 40
resultados heridas al explotar un coche bomba en Bagdad, cerca de
la sede del Gobierno iraquí y de la Embajada de Estados Unidos. «Se
trata de una agresión flagrante contra el pueblo iraquí, vamos a
llevar a estos criminales ante la Justicia. Pensamos que se trata
de una respuesta a las recientes detenciones durante los dos
últimos días», declaró el primer ministro iraquí, Iyad Alaui.
La explosión se produjo en el momento en que los empleados que
trabajan en el área formaban fila para atravesar los controles de
seguridad. Mientras se retiraban en ambulancias los cuerpos
ensangrentados de las víctimas, la gente empezó a gritar enfurecida
y a acusar a Estados Unidos. Aún no está claro si se trató de un
ataque contra un blanco específico o un golpe indiscriminado.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, declaró ayer
que el jordano Abu Mussab al Zarqaui, líder de un grupo islámico
vinculado a Al Qaeda, ordenó el atentado con coche bomba. «Sospecho
que Zarqaui ordenó el coche bomba de ayer en Bagdad», afirmó Bush
durante una reunión electoral en Fond-du-Lac (Wisconsin, norte),
aunque precisó que no tiene certeza sobre ello.
Por otra parte, el gobernador de la ciudad iraquí de Mosul,
Ussama Kachmula, fue asesinado ayer junto a dos de sus
guardaespaldas, en un ataque en el que murieron también cuatro de
sus agresores, anunció un portavoz de la gobernación, Hazem
Jalaoui.
La emboscada fue tendida 110 km al sur de Mosul, en la región de
Tlul al-Baj, en momentos en que el gobernador se trasladaba hacia
Bagdad en un vehículo. Los cuatro asaltantes a bordo de un vehículo
abrieron fuego con armas automáticas contra el convoy del
gobernador, matándolo a él y a dos de sus guardaespaldas. Los otros
guardas respondieron y mataron a los cuatro agresores. Durante la
jornada de ayer también fue asesinado el director general del
Ministerio de Industria iraquí, Sabir Karim, que murió por la
acción de un grupo de desconocidos en el momento en que salía de su
casa para dirigirse al trabajo. Los asaltantes se dieron a la
fuga.
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