El jefe de la diplomacia egipcia, Ahmed Abul Gheit, afirmó que no
contemplaba «en absoluto» enviar fuerzas o militares egipcios a
Irak. Por ello, Alaui pidió ayer a El Cairo que no renuncie a su
petición de ayuda. «No hay que ceder a las exigencias de los
terroristas. Es lamentable que Filipinas lo haya hecho. Todas las
sociedades deben combatir al terrorismo», declaró Alaui en Damasco.
«Esperamos que los secuestradores demuestren tolerancia y liberen
al diplomático egipcio, al igual que a otro ciudadano egipcio»,
añadió.
Los esfuerzos diplomáticos del primer ministro, Iyad Alaui, de
gira por varios países vecinos de Irak, y de su ministro de
Exteriores, Hoshyar Zebari, que visita Moscú por dos días, se han
vuelto muy difíciles ante la multiplicación de los secuestros en la
nación. El último de ellos es el del director de una empresa de
obras públicas, Raad Adnane, raptado ayer en Bagdad cuando se
dirigía a su trabajo.
La víspera, el «número tres» de la representación egipcia en
Bagdad, Mohamed Mamduh Helmi Qotb, fue capturado por un grupo
armado que se autodenomina «Los Leones de Alá» y afirma haber
secuestrado a Qotb como respuesta a la oferta de Egipto de ayudar a
Irak con su experiencia en materia de seguridad.
El secuestro de Kotb se produjo 48 horas después del de otro
egipcio, Mohammed Ali Sanad, raptado junto a otros seis camioneros,
tres indios y tres kenianos, empleados de una empresa kuwaití. Ayer
se multiplicaron los esfuerzos para obtener la liberación de todos
estos rehenes.
Por otra parte, el Ejército estadounidense anunció ayer que un
marine falleció ayer por las heridas que sufrió en un
enfrentamiento en la provincia de Al Anbar (oeste). Según un
balance establecido gracias a cifras del Pentágono, 665 soldados
norteamericanos han muerto en operaciones en Irak desde marzo de
2003.
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