Las explosiones se sucedieron en Bagdad y los ataques continuaron en Faluya.

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Al menos 40 personas murieron y más de un centenar resultaron heridas ayer en Irak en una nueva jornada de violencia, mientras que dos rehenes, un turco y un italo-iraquí, fueron asesinados y dos indonesias fueron liberadas. El primer coche bomba, que explotó delante de un centro de reclutamiento del Ejército iraquí en Bagdad, causó 15 muertos y 84 heridos, según el hospital Yarmuk.

Cerca de 400 reclutas estaban concentrados en el cuartel de Mansur, cerca de la Zona Verde, un sector ultra-protegido donde se encuentran la Embajada de Estados Unidos y la sede del Gobierno, según un herido, Raed Majid. «Vine con 109 de mis amigos de Nayaf (centro de Irak) para alistarnos en el Ejército», indicó Wafi Mohamed, de 32 años, que buscaba a sus compañeros entre las víctimas que habían sido trasladadas al hospital.

Menos de una hora más tarde, otro vehículo explotaba en la calle Saadun, cerca del hotel Bagdad donde residen numerosos occidentales, causando según los hospitales cuatro muertos y 17 heridos. La explosión causó daños a varios vehículos. Según un testigo herido, Abdelmassih Gurgis, cuatro vehículos todo terreno negros pasaban por la calle cuando se produjo el ataque. En Mosul (norte), tres iraquíes, entre ellos un niño, murieron y otros once resultaron heridos en la explosión de un coche bomba, según fuentes médicas y policiales.

El último ataque con coche bomba en Bagdad se remonta al 30 de septiembre, cuando dos vehículos explotaron en la inauguración de una estación de bombeo de aguas residuales, causando 42 muertos, 34 de ellos niños. Este ataque fue revindicado por el grupo del islamista Abu Musab al Zarqaui. Esta red es, según el Ejército norteamericano, el objetivo de numerosos ataques aéreos lanzados estos últimos días contra Faluya, a 50 kilómetros al oeste de Bagdad.