Imagen de archivo de un vídeo que divulgó Al Qaeda y en el que aparece Ken Bigley enjaulado.

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En una breve declaración ante las cámaras de televisión, el 'premier' británico Tony Blair aseguró que ese tipo de acciones, ya sea en Irak o en otras partes, «no prevalecerá». Los secuestradores, vinculados a Abu Musab al-Zarqaui (líder de la red Al Qaeda en Irak), llevaron a cabo su amenaza de ejecutar al británico, de 62 años, después de que no se atendiese su exigencia de puesta en libertad de las mujeres iraquíes hechas prisioneras en Irak por los aliados.

Tras calificar su asesinato de «acto inhumano», Straw afirmó que el Gobierno había hecho todo lo que estaba en su poder para lograr la liberación del rehén. El jefe de la diplomacia informó por primera vez de que había habido un intercambio de «mensajes» con los secuestradores a través de un intermediario, aunque el Gobierno de Londres insistió desde el primer momento en que no negociaría.

La noticia de la muerte de Bigley ha conmocionado a la opinión pública británica y ayer mismo se levantaron voces críticas contra en Gobierno por no realizar todas las gestiones necesarias para evitar la decapitación. Blair, cuyo Gobierno se negó en todo momento a negociar con los secuestradores, dijo que Bigley quería hacer de Irak y del mundo «un lugar mejor».

Al igual que dos estadounidenses decapitados antes por el mismo grupo, Bigley trabajaba para una empresa que ofrecía sus servicios a una base militar norteamericana en ese país. Poco antes de la breve intervención de Blair, su ministro de Exteriores, Jack Straw, había confirmado oficialmente el asesinato en Irak del ciudadano británico, secuestrado en Irak el pasado 16 de septiembre en Bagdad.

Los mensajes, de los que no dio ningún detalle, fueron aprobados por él mismo y el primer ministro, Tony Blair, dijo Straw, según el cual, la familia del ingeniero, en Liverpool, y su esposa tailandesa estaban al corriente de esos contactos. «Esta misma tarde (ayer), como sabemos todos, ese intermediario nos dio pruebas fehacientes de que los secuestradores habían llevado a efecto su amenaza», agregó el ministro de Exteriores.