Bush no dudó ayer en compararse a algunas figuras históricas de Estados Unidos.

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Las dos campañas tratan de movilizar a sus respectivas bases ya que, ante esta gran igualdad, el resultado final puede depender de la masiva participación de los seguidores de uno u otro.

Bush, por su parte, pasa la mayor parte del domingo viajando por tres ciudades de Florida, el estado que le dio la estrecha y discutida victoria de hace cuatro años, para a continuación desplazarse también a Ohio. En su primer acto, en Miami, Bush insistió en transmitir su idea de que es un líder firme, y en cambio Kerry demasiado vacilante, y no dudó en compararse con algunas figuras históricas de este país.

Kerry inició la jornada acudiendo a una misa católica en Dayton (Ohio), y a continuación intervino en la celebración religiosa en una iglesia baptista de una comunidad negra ante más de 1.000 feligreses. Los comicios de mañana son «una elección sobre qué tipo de país y de sociedad vamos a tener», afirmó el senador por Massachusetts, en una intervención llena de citas y referencias bíblicas. Kerry intentó con este acto movilizar a la minoría negra, que puede ser decisiva justo en estados como Ohio y Florida, y en la que parece no haber tenido tanto poder de convocatoria como en el pasado sí disfrutó Clinton.

Mientras tanto, muchos estadounidenses continúan aprovechando las amplias posibilidades de votar por anticipado, tanto por correo como en persona, lo que reduce poco a poco el número de indecisos.

Según cifras del Partido Demócrata, más de 5 millones de personas han votado ya -lo que significa un récord-, y de ellos 1,5 millones han votado en Florida.

Los demócratas han puesto en marcha un plan sin precedentes para la movilización del voto, ya que «tenemos en marcha el mayor dispositivo de la historia». Un millón de voluntarios del Partido Republicano contactarán mañana a 18 millones de simpatizantes para que acudan a votar por Bush.