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MARTA RULLÀN- PARÍS
La liberación de los periodistas Chistian Chesnot y Georges Malbrunot, a quienes se espera hoy en París tras cuatro meses de secuestro en Irak, ha desatado una inmensa alegría en Francia, donde su regreso se considera el mejor regalo de Navidad.

«Están en buen estado de salud, nos lo han confirmado. Es un alivio y una alegría, un magnífico regalo de Navidad», aseguró Thierry Chesnot, hermano de Christian, poco después de que las autoridades francesas confirmaran el anuncio lanzado por la cadena árabe de televisión Al Yazira.

El hermano del ex rehén, fotógrafo de la agencia Sipa, indicó a varios medios mientras cubría una rueda de prensa de la que él pasó a convertirse en el protagonista, que Chesnot y Malbrunot se encuentran ya en Amán y que hoy llegarán a París.

En ese momento, «nuestra alegría será total», según el primer ministro galo, Jean-Pierre Raffarin, quien anunció la liberación de los dos reporteros durante un debate en el Senado, mientras los senadores estallaban en aplausos.

Chesnot, colaborador de «Radio France», y Malbrunot, enviado especial de «Le Figaro», habían desaparecido el 20 de agosto en la carretera que une Bagdad y Nayaf junto a su conductor, el sirio Mohamed Al-Jundi, encontrado vivo el pasado 12 de noviembre.

Retenidos por el grupo armado denominado el «Ejército Islámico en Irak», que en un primer momento solicitó la revocación de la ley francesa que prohíbe el uso de signos religiosos ostensibles, como el velo islámico, en las escuelas públicas, los redactores galos se habían convertido en los secuestrados más veteranos de Irak.