TW
0

FRANCE PRESS-LONDRES
El ministro del Interior, Charles Clarke, publicó ayer una lista exhaustiva de «conductas inaceptables» que justifican la expulsión o la prohibición de residir en territorio británico a sus autores, una medida destinada a luchar con mayor eficacia contra el terrorismo. Esas conductas podrían ser motivo para que cualquier residente extranjero en Gran Bretaña pudiera ser expulsado del territorio británico o impedido de ingresar al mismo.

La lista publicada por el Home Office de «conductas inaceptables en el Reino Unido» comprende en particular el hecho de «fomentar, justificar o glorificar la violencia terrorista», de «tratar de provocar actos terroristas» o de «fomentar el odio que puede llevar a la violencia entre las diversas comunidades en el Reino Unido«, precisó.

Esta lista publicada ayer por el ministro del Interior se esperaba desde la redada del 11 de agosto, cuando los servicios de inmigración británicos detuvieron a 10 extranjeros considerados una «amenaza para la seguridad nacional». Entre ellos figuraba Abu Qatada, un jordano de origen palestino considerado como el jefe espiritual de Al Qaida en Europa.

Charles Clarke hizo hincapié en que la intención del gobierno no era «asfixiar la libertad de expresión o el debate legítimo sobre las religiones u otros temas». Sin embargo, está claro que esta ley apunta directamente a los numerosos imanes radicales y extremistas islamistas instalados desde hace años en Londres y que llevaron a darle el apodo de «Londonistán» a la capital británica.

El tono más severo adoptado por el gobierno británico frente a los discursos extremadamente violentos de algunos religiosos y militantes islamistas fue motivado sobre todo por las dos olas de atentados de julio en Londres.

El 5 de agosto, el primer ministro Tony Blair había anunciado un cambio en las «reglas del juego» en Gran Bretaña. Al ser interrogado por la radio BBC ayer por la mañana, el alcalde de Londres, Ken Livingstone, advirtió contra un texto demasiado rígido que impediría toda libertad de expresión y todo derecho a la crítica.