La presidenta de la CDU, Ángela Merkel, junto a Franz Müntefering, Edmund Stoiber y Matthias Platzeck.

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La jefa de la Unión Cristianodemócrata alemana (CDU), Angela Merkel, confirmó ayer que se ha llegado a un acuerdo con el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) para formar un Gobierno de gran coalición.

El presidente saliente del SPD, Franz Müntefering, subrayó que ambas partes han demostrado su voluntad de gobernar pese a que en principio «no estaban preparadas» para esta unión y ha sido necesario «acostumbrase» al socio potencial.

Merkel explicó que el acuerdo había sido aprobado finalmente por unanimidad por los participantes en las negociaciones.

«Queremos sacar más partido a Alemania y los dos grandes partidos queremos recobrar la confianza de la población y demostrar que podemos hacer avanzar el país», dijo Merkel al presentar los resultados de cuatro semanas de negociaciones.

La líder cristianodemócrata afirmó que el Gobierno deberá medirse por sus resultados y que uno de los objetivos será crear empleo.

Müntefering explicó que las primeras medidas se tomarán ya en 2006, pero que las de campos tan controvertidos como la sanidad, para cuya reforma ambas formaciones han diseñado modelos muy distintos, se han dejado para más adelante.

El líder socialdemócrata se mostró convencido de que el nuevo ejecutivo sabrá ganarse a los ciudadanos a medida que vaya gobernando. En términos similares se expresó su designado sucesor, Matthias Platzeck, quien subrayó que Alemania necesita en estos momentos un «espíritu especial» como el que, según él, se vivió durante las negociaciones de coalición.

«Alemania es un país maravilloso y fuerte que será capaz de resolver sus problemas», auguró Platzeck. El próximo martes se someterá al voto de las bases socialdemócratas para suceder a Müntefering, quien, a su vez, asumirá la vicecancillería y el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Münteferening se mostró convencido de que su partido aprobará el acuerdo de coalición. El jefe de la Unión Cristianosocial de Baviera, Stoiber, dijo que para Alemania ha llegado el momento de ser «más pragmática» pues el país no puede permitirse «controversias artificiales».