Las fuerzas del orden están movilizadas este fin de semana en
Francia por temor a un repunte de los disturbios, y especialmente
en París donde se han prohibido las concentraciones, al tiempo que
aumentan los llamamientos a la calma.
El miedo a disturbios en la capital francesa había llevado ya a las
autoridades a desplegar unos 2.200 agentes para garantizar la
seguridad, en especial en sitios turísticos, como la Torre Eiffel y
los Campos Elíseos, así como en estaciones ferroviarias y el metro.
Un dispositivo de seguridad que ayer por la mañana llegó a 3.000
agentes para garantizar el buen desarrollo de la ceremonia del 87
aniversario del armisticio de la Primera Guerra Mundial, presidida
por el jefe del Estado, Jacques Chirac.
La interceptación de mensajes en internet y en teléfonos móviles
que instan a llevar a cabo «acciones violentas» el día 12 en la
capital francesa llevó, por precaución, al prefecto de Policía de
París a prohibir toda concentración susceptible de provocar
desordenes en las calles o en lugares públicos durante buena parte
del fin de semana. La prohibición será efectiva desde las 10.00 de
hoy, y concluirá a las 08.00 horas del domingo. «Para hacer
respetar esta prohibición -dice la nota hecha pública por el
prefecto de la provincia-, las fuerzas de policía y de la
gendarmería desplegadas ya en la capital serán reforzadas», así
como «las consignas de detener a los alborotadores», indica la
nota, al recordar que quien infrinja esa prohibición será condenado
hasta con ocho días de cárcel y/o a una multa de 3.750 euros.
En este largo fin de semana de tres días -ayer fue festivo en
Francia-, las fuerzas del orden extreman la vigilancia para tratar
de evitar un rebrote de la violencia que comenzó el 27 de octubre
pasado y cuya intensidad comenzó a decrecer hace cuatro días, según
el director general de la Policía, Michel Gaudin.
Pese a que los actos de vandalismo parecen haber descendido
desde la entrada en vigor del estado de emergencia, las autoridades
aún no cantan victoria. Anteanoche, en un programa de televisión,
el ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, quien se reunió hoy con
los jefes policiales para evaluar las perspectivas en el clima de
violencia, advirtió de que se pueden reanudar en cualquier momento
y reiteró que los autores de los disturbios son «gamberros» y
«chusma». Chirac por su parte prometió ayer «intensificar» los
esfuerzos en favor de los barrios «desheredados».
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