Berlín15/11/05 0:00
La coalición de gobierno entre conservadores y socialdemócratas alemanes fue aprobada ayer por las bases de los partidos, después de que los líderes explicaran que no hay alternativa y apelaran al sentido de la responsabilidad de los militantes. La Unión Cristianodemócrata y la Unión Cristianosocial que forman el bloque conservador (CDU/CSU), así como el Partido Socialdemócrata (SPD) celebraron, casi en paralelo, sendos congresos en los que, en menos de cinco horas, se presentó, debatió y aprobó el programa de gobierno pactado por los líderes.
La primera que aprobó la gran coalición entre ambas formaciones adversarias fue la CDU, que celebró en Berlín un congreso reducido (116 delegados) sólo para votar el acuerdo, que resultó aprobado con tres votos en contra y una abstención. Previamente, la presidenta del partido y presumiblemente futura canciller, Angela Merkel, defendió el acuerdo diciendo que «no es el fin, es el principio», y pidió a los críticos, sobre todo del mundo empresarial, que den al nuevo gobierno «una oportunidad de hacer algo antes de condenarlo». En Karlsruhe, las bases socialdemócratas -reunidas en un congreso donde también elegirán nueva dirección- acabaron dando un respaldo abrumador a un acuerdo de coalición que, en principio, nadie había querido, como reconocieron los líderes del partido saliente y entrante, Franz Müntefering y Matthias Platzeck. Del medio millar de delegados sólo 15 acabaron votando en contra y cinco se abstuvieron.
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