Donald Rumsfeld intentó responder a todas las preguntas de los periodistas.

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El primer ministro Yafari, en una conferencia de prensa ofrecida en Bagdad, informó de que su Gobierno ha abierto una investigación especial sobre las presuntas torturas, 24 horas después de que el Ministerio del Interior informase de que se estaba interrogando a varios oficiales presuntamente implicados en los malos tratos contra los presos, acusados de haber cometido atentados en el país.

Mientras, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, quien en el año 2003 prometió una guerra corta y una pronta salida de Irak, admitió que hubo «errores de buena fe» en los datos de los servicios de espionaje que se manejaron antes de decidir la invasión.

«He sido informado de que 173 detenidos en una prisión perteneciente al Ministerio de Interior sufrían malnutrición y fueron torturados», dijo Yafari, que no señaló el lugar donde se cometieron los abusos. El subsecretario del Ministerio de Interior para la Seguridad, general Husein Kamal, explicó a la prensa que la citada cárcel está situada en el distrito de Al Yadrie, en el sur de la capital iraquí.

Soldados estadounidenses ocuparon un edificio del Ministerio de Interior en la citada zona el pasado domingo, aunque no explicaron el motivo de su presencia. Yafari no comentó si había relación entre el asalto de las tropas estadounidenses y los supuestos casos de tortura, y se limitó a explicar que ha ordenado la creación de un comité investigador especial sobre las acusaciones.

Rumsfeld analizó la situación de las tropas durante una rueda de prensa en el Pentágono, que forma parte de la campaña organizada por el gobierno estadounidense para hacer frente a las críticas cada vez mayores sobre su gestión del conflicto.