Foto de grupo de los presidentes y los primeros ministros que asisten a la cumbre europea de Bruselas.

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EFE/EUROPA PRESS
El primer ministro británico, Tony Blair, dio ayer muestras de que no está dispuesto a entrar en una dinámica de regateos interminables sobre las finanzas futuras de la Unión y de que no teme que la cumbre presupuestaria termine sin acuerdo. La posibilidad de fracaso era palpable ayer en Bruselas y se negociaba contrarreloj para salvar los Presupuestos comunitarios.

Los responsables británicos «tienen que ver si hay margen de maniobra porque está claro que hay una amplia mayoría de Estados en contra de la propuesta», afirmó el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker. «Creemos que el 'cheque británico' tiene que ser revisado de nuevo para permitir que el Reino Unido contribuya a la financiación de la ampliación», añadió. Barroso reconoció que en la cena «no hubo una discusión sobre cifras», y que se constató «algún tipo de tensión, pero no de forma agresiva», entre los dirigentes.

La presidencia británica de la Unión Europea presentará hoy una nueva propuesta detallada de presupuesto, informaron ayer varios líderes comunitarios tras la cena que concluyó el primer día de la cumbre de Bruselas. «Creo que (la presidencia) vendrá con una nueva propuesta», afirmó el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

Añadió que espera que esa nueva propuesta «sea tan ambiciosa y justa como sea posible», y consideró que «es posible» llegar a un acuerdo, aunque «requerirá un gran esfuerzo» de todas partes.

El responsable de la Comisión explicó que Blair recibió en la cena «señales claras» de los países opuestos a sus últimas cifras, y remachó que «ahora todo depende de la propuesta que presentarán mañana (hoy)». Barroso dijo que las diferencias siguen siendo aún «muy grandes».

Tony Blair, señaló anoche, al término de la primera jornada de trabajos del Consejo Europeo, que, ve «bases para un acuerdo» sobre el presupuesto comunitario para el periodo presupuestario 2007-2013, pero que, tal y como predijo, las negociaciones serán «duras y difíciles» porque «se está hablando de dinero y de cosas muy importantes para muchos países». «Sobre el terreno todos reconocen que el acuerdo sobre el presupuesto es ahora, y todo el mundo quiere un acuerdo pero es difícil», declaró.