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En un ambiente de relativa calma y elevada participación, los iraquíes votaron ayer para elegir al primer Parlamento no provisional de la posguerra, que contará con 275 diputados y cuya legislatura durará cuatro años.

Iyar añadió que la CEI realizará todas las acciones necesarias para garantizar que el recuento de papeletas se lleve a cabo de forma «limpia y transparente». En ese sentido, pidió cautela a los medios de comunicación a la hora de publicar sondeos o resultados parciales provenientes de fuentes no pertenecientes a la Comisión.

El recuento de votos comenzó en la noche de ayer después de una jornada electoral que se prolongó once horas, luego de que la Comisión Electoral Independiente (CEI) decidiera extender el plazo para el cierre de los colegios electorales en una hora, debido a la elevada asistencia de votantes.

«Ha comenzado el recuento de votos en los centros electorales. Desde allí se enviarán a la sede central de la CEI. Los resultados definitivos tal vez se anuncien dentro de dos semanas», dijo el portavoz de la Comisión Electoral, Farid Iyar.

La participación en el proceso electoral de ayer de los suníes, a los que se atribuye la mayor parte de las acciones insurgentes, aumentó la esperanza sobre la posibilidad de reducir la violencia que azota el país desde la caída del régimen de Sadam Husein.

El restablecimiento de la seguridad, de manera que permita acelerar la retirada de las tropas extranjeras, la unidad entre las distintas comunidades iraquíes y la restauración de los servicios básicos, centraron los discursos de los más de 7.000 candidatos durante la campaña electoral.

La asistencia en todo el país ha sido elevada, incluidas en las áreas de mayoría suní, que boicotearon las elecciones del pasado enero que configuraron el parlamento provisional, dominado por los kurdos y los chiíes.

La jornada se desarrolló entre medidas de seguridad sin precedentes. Se prohibió la circulación de vehículos, motos y bicicletas, mientras los votantes fueron registrados dos veces antes de entrar en los centros electorales. Pese a todo, al menos tres personas murieron en acciones de violencia, la más grave de las cuales ocurrió en Mosul, donde un guardia de seguridad de un hospital murió al ser alcanzado por una granada.

El presidente de EEUU, George W. Bush, expresó ayer su satisfacción por el desarrollo de las elecciones celebradas en Irak, de las que, es consciente, depende en gran medida el apoyo de los estadounidenses a una guerra que marcará su mandato.