Evo Morales ofreció ayer una multitudinaria rueda de prensa en La Paz.

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AGENCIAS-LA PAZ
El líder cocalero Evo Morales, ganador de los comicios del domingo, dijo ayer que favorecerá las alianzas con firmas estatales para explotar las enormes reservas de gas en Bolivia y desechó compensar a las petroleras extranjeras por un planeado cambio de regulaciones. En una conferencia de prensa, el dirigente aymara aplaudió, además, el proyecto del presidente venezolano Hugo Chávez de crear una compañía petrolera sudamericana para integrar a la región.

Morales planea renegociar los contratos para retirar a las petroleras el derecho de propiedad del gas natural a boca de pozo, además de acortar el plazo de vigencia de las concesiones, actualmente en hasta 40 años. El líder cocalero aseguró que su plan no contempla expropiar los activos de las petroleras en Bolivia.

Morales, que según el recuento parcial oficial se convertirá en el primer presidente indígena de Bolivia al haber obtenido el 51 por ciento de los votos, adelantó que anulará los más de 70 contratos que el país firmó con petroleras extranjeras, dentro de su plan por nacionalizar los hidrocarburos. Algunos grupos energéticos habían adelantado durante la campaña electoral boliviana que cualquier cambio en las reglas de juego en el mercado energético podría derivar en acciones legales para exigir compensaciones. «¿Por qué indemnizar si no estamos expropiando los bienes de las trasnacionales?», dijo Morales interrogado sobre si compensaría a las compañías, entre las que se encuentran la brasileña Petrobras y la española Repsol-YPF.

Asimismo, Evo Morales emplazó ayer a Estados Unidos a respetar la voluntad soberana del pueblo boliviano, advirtiendo de que, con su llegada al poder, se terminaron la diplomacia del sometimiento y la subordinación. Así contestó Morales a las declaraciones realizadas hoy por la secretaria de Estado norteamericana, Condolezza Rice, quien cuestionó el carácter democrático del futuro Gobierno boliviano.

Por otra parte, ofreció a Washington a firmar con Bolivia un pacto contra el narcotráfico que no afecte ni a la soberanía boliviana, ni al campesinado ni a la hoja de coca, cuya legalización para su uso con fines terapéuticos sería estudiada por el futuro gobierno de Morales, según él mismo anunció.