El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, hace un gesto durante un acto ayer en Teherán.

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FRANCE PRESS-MOSCÚ/VIENA
El viceministro alemán de Asuntos Exteriores, Gernot Erler, admitió ayer que la reunión mantenida el lunes en Londres entre altos responsables de todos los países implicados fue «difícil». «Acordamos que seguiremos hablando sobre lo que se debe decidir y sobre cuál debe ser el papel de la ONU», dijo.

El borrador de la resolución no llega a pedir que se le impongan sanciones a Irán como ha pedido Estados Unidos, sino que propone exhortar al Consejo de Seguridad de la ONU a presionar a Irán para que «preste una cooperación total y rápida a la agencia» y para que deje claro al país que «medidas adicionales que prueben su transparencia son indispensables» si desea demostrarle al mundo que no desea fabricar armas nucleares. Así lo indicó una fuente diplomática con acceso al documento, pero el texto puede sufrir aun más cambios y es posible que al final no reclame ni siquiera que se envíe el asunto al Consejo de Seguridad de la ONU.

«Eso es un indicio de que no pudimos acordar plenamente cuál es el objetivo real de una resolución de la AIEA (que se está negociando), pero que lo que necesitamos es más tiempo», añadió. Sin embargo aseguró que sí hay acuerdo en que «la comunidad internacional no puede aceptar la provocación» que supone que Irán reanude su actividad de enriquecimiento de uranio, de modo que «algo tiene que pasar».

Pero no está claro cuál será el alcance de la resolución que los representantes de los países europeos comenzaron hoy a redactar en la sede de la AIEA en Viena, y que se presentará a su Consejo de Gobernadores en la sesión extraordinaria de los días 2 y 3 de febrero.

En este contexto, Teherán invitó ayer a la Unión Europea a reanudar las negociaciones sobre su programa nuclear iraní pero advirtió de que las conversaciones no deben utilizarse como mecanismo para presionar a Irán y de que la situación cambiará si el tema es llevado ante otro organismo que no sea la AIEA.