Los intentos del Gobierno danés por rebajar la crisis con el
mundo islámico tras la publicación de unas caricaturas de Mahoma en
el diario «Jyllands-Posten» no consiguieron frenar ayer una
escalada de la tensión dentro y fuera del país.
El diario envió a través de una agencia jordana un comunicado en
árabe en el que pidió perdón «por haber ofendido a muchos
musulmanes», una iniciativa «constructiva» según el primer
ministro, Anders Fogh Rasmussen.
Aunque la Sociedad de la Religión Islámica agradeció el paso
dado por el diario y las declaraciones conciliadoras de Rasmussen,
horas después, Ahmed Aqqari, portavoz de 27 asociaciones islámicas
en Dinamarca, declaró que sólo aceptarían una disculpa «tajante»
por haber publicado los dibujos para mediar con el mundo
islámico.
La ira crece en los países musulmanes. En Irak, el gobierno
danés extremó la seguridad de sus tropas ante una supuesta «fatwa»
(edicto islámico) contra sus tropas, que el ministro de Defensa,
Soeren Gade, toma como «real».
En Gaza, manifestantes palestinos volvieron a quemar ayer
banderas danesas y fotos de Rasmussen, mientras varios supuestos
grupos terroristas amenazaron en Internet con atentados contra
Dinamarca.
El boicot a productos daneses en el mundo islámico se extiende
ya a 19 países, aunque la CE advirtió de que el apoyo oficial a la
medida violaría las normas de la Organización Mundial de
Comercio.
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