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CÉSAR MUÑOZ-WASHINGTON
La Reserva Federal confirmó ayer las expectativas del mercado y elevó la tasa de interés de referencia en EEUU por decimocuarta vez consecutiva en un cuarto de punto, hasta el 4,5 por ciento, tras la que fue la última sesión con Alan Greenspan como presidente.

En su anterior reunión, el 13 de diciembre, el Comité de Mercado Abierto del banco central había indicado que «son probables algunos ajustes mesurados de la política» monetaria. Ahora ha dicho que éstos son sólo «posibles», lo que según los analistas deja más espacio al sustituto de Greenspan, Ben Bernanke, para subir o no las tasas en el próximo encuentro del Comité, el 28 de marzo.

Además, el Comité del Mercado Abierto del banco central anunció que «algún ajuste adicional de política puede ser necesario», una declaración que indica una menor probabilidad de futuras alzas que en su comunicado anterior.

La Reserva Federal (Fed) endureció la política monetaria a pesar de que la economía del país creció tan sólo un 1,1 por ciento en términos anuales en el último trimestre de 2005. Se trata del menor ritmo de crecimiento desde hace tres años y de una cifra mucho peor que la prevista por los expertos.

Esos datos reforzaron la opinión de los que creen que se acerca el fin del actual ciclo de alzas en el precio de dinero, que se inició en junio de 2004, cuando la tasa de referencia estaba en el 1 por ciento, un nivel sólo registrado anteriormente en 1958. La Reserva Federal ya había dado señales de que reduciría ayer la cantidad de moneda en circulación, por lo que la atención de los mercados se concentraba en ver si el comunicado adjunto a la decisión daba indicios sobre cuándo el organismo pondrá punto y final al actual ciclo de ajuste.

Aún así, la mayoría de los analistas predicen otro ajuste de 0,25 puntos porcentuales en el tipo de referencia en la reunión de finales de marzo, ya que Bernanke debe demostrar que es tan duro contra la inflación como su antecesor, según Diane Swonk, economista jefe de Mesirow Financial. Además, Bernanke promueve que la Reserva Federal anuncie una meta explícita de inflación, como hacen otros bancos centrales, lo que resultará en «una visión ligeramente más agresiva» sobre el peligro de la subida de precios, a juicio de Brian Bethune, un analista de la consultora Global Insight.