La base naval estadounidense de Guantánamo alberga a centenares de prisioneros que no han sido juzgados.

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EFE-NACIONES UNIDAS
Expertos de la ONU recomendaron a Estados Unidos el cierre «inmediato» del centro de detención de su base naval de Guantánamo (Cuba), tras denunciar prácticas como la alimentación forzada y actos de tortura contra los detenidos.

También exhorta a EEUU a considerar la posibilidad de enjuiciar a los 520 sospechosos terroristas de pertenecer a la red terrorista Al-Qaeda o al gobierno afgano de los talibán detenidos en Guantánamo ante un tribunal internacional competente.

El borrador del informe ha sido elaborado por un grupo de cinco expertos de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, y se prevé que se haga público en los próximos días en Ginebra.

En el dossier se acusa a EEUU de denegar el derecho a los detenidos de tener un juicio, por lo que pide a Washington que «inicie de forma expeditiva un procesamiento judicial o que los ponga en libertad de inmediato».

El Gobierno estadounidense restó ayer credibilidad al informe y alegó que está basado en habladurías. «Ninguno de los que escribieron este informe fue a Guantánamo», dijo en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.

Los funcionarios de Naciones Unidas «no aceptaron la oportunidad que se les ofreció para viajar a Guantánamo y ver, de primera mano, cómo son las operaciones» que se hacen allí, prosiguió el portavoz.

EEUU sólo invitó a tres de los cinco especialistas que firman el informe. La invitación no fue cursada a Leandro Despouy, investigador especial sobre la independencia de jueces y abogados, y a Paul Hunt, relator especial sobre derechos de la salud.

McCormack resaltó el hecho de que no se trata del informe final de la comisión, sino de un borrador elaborado con testimonios de individuos que abandonaron Guantánamo y de sus abogados.

En su informe, los expertos recomiendan a los EEUU que, hasta tanto los reclusos no sean transferidos a territorio estadounidense, «se abstengan de practicarles la tortura, la discriminación en base a la religión, así como violaciones al derecho a la salud y a la libertad».

En particular, anotan, deben cesar de inmediato las técnicas especiales en los interrogatorios autorizadas por el Departamento de Defensa, por considerar que son demasiado violentas.

Además, señalan que EEUU debería poner fin a otras prácticas que también consideran actos de tortura, entre ellas, la alimentación forzosa de reclusos que se encuentran en huelga de hambre.

«El gobierno de EEUU debería invitar a profesionales de la salud independientes para controlar a los cautivos en huelga de hambre, de una manera que sea consistente con los estándares de ética internacionales», aconsejan.