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El gobierno de Estados Unidos ha abierto investigaciones sobre las recientes filtraciones a los medios de comunicación de información confidencial de los servicios de espionaje de este país. Según informó ayer el diario «The Washington Post», estas pesquisas pretenden desalentar a los funcionarios para que no filtren datos secretos a los periodistas.

El rotativo señala que en las últimas semanas la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) entrevistó a docenas de empleados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) y de otras entidades secretas. El «Post» agrega que un portavoz de la Casa Blanca le dijo que el Gobierno tiene la necesidad de proteger la información confidencial del país, como parte de la lucha contra el terrorismo.

Como resultado de filtraciones a la prensa, se supo de la existencia de cárceles clandestinas de la CIA en varios países del este de Europa, lo que fue negado por este organismo. También, fuentes anónimas supuestamente facilitaron información sobre el programa de escuchas telefónicas dentro del país.

El diario señala que para proteger los secretos del país, el Departamento de Justicia ha prohibido a sus empleados, a los del FBI, la CIA y de otras entidades, discutir los planes de la NSA. Como consecuencia de las filtraciones, varios periodistas estadounidenses han sido obligados judicialmente a revelar sus fuentes, como en el caso de la filtración de la identidad de la ex agente de la CIA Valerie Plame.

El presidente estadounidense, George W. Bush, regresó a Washington tras una gira de cinco días por el sur de Asia y antes de que aterrizara su avión ya había encomendado iniciar esta investigación. También se interpreta como una manera de ocultar las críticas de los demócratas por las concesiones a India para lograr un acuerdo nuclear. Bush rechazó una petición del Gobierno de Pakistán para un acuerdo nuclear con EEUU similar al que el gobernante estadounidense suscribió con India, un tradicional rival de su vecino país con el que se ha enfrentado militarmente por disputas territoriales.