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RAÚL CORTÉS-LA PAZ
Fiscales y policías bolivianos irrumpieron ayer en la sede en Bolivia de Andina, filial de la petrolera Repsol YPF, en la ciudad de Santa Cruz, para detener a sus dos principales ejecutivos y llevarlos a declarar por una denuncia de contrabando, pero no los encontraron. La acción resultó sorpresiva porque la víspera Andina había emitido un comunicado para anunciar la suspensión de la investigación contra su presidente, el español Julio Gavito, y su jefe de operaciones, el argentino Pedro Sánchez, a los que se acusa de una supuesta falsificación de documento aduanero.

El allanamiento de las instalaciones de Andina en la localidad del oriente tropical boliviano donde están las sedes de las multinacionales petroleras con intereses en Bolivia, fue ejecutado por los fiscales Angel Alvarez, José Centenaro y Alberto Cornejo, junto con una veintena de policías.

Además, la medida despertó un cruce de declaraciones entre los representantes legales de la empresa y los fiscales sobre la validez de su aplicación, y podría tensar aún más las relaciones entre España y Bolivia por esta cuestión. El asunto ya derivó en una reunión de urgencia entre el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el embajador de España en La Paz, Francisco Montalbán, el pasado 25 de febrero, un día después de que la fiscalía dictara una primera orden de aprehensión contra Gavito y Sánchez, que luego levantó.

La delegación del Ministerio Público, que contó con la cooperación de los funcionarios de la compañías, cumplió una orden dictada por el juez del tribunal décimo de instrucción penal del distrito cruceño, Zenón Rodríguez, el mismo que había detenido el proceso un día antes.

El secretario de Estado español para Asuntos Exteriores, Bernardino León, dijo en Lima que el intento de detener a los directivos de Repsol-YPF «es una enorme preocupación para España» y calificó esta acción como «injusta». León, que realiza una visita de trabajo a Perú, confió en que «se pueda encontrar una solución y evite este halo de una actuación irregular por parte de Repsol, que no nos parece justa».