El «viernes negro» de Silvio Berlusconi llega a sólo un mes de las legislativas italianas.

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El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció ayer que asumirá provisionalmente la cartera de Sanidad tras la dimisión de Francesco Storace, que ayer renunció al cargo a raíz del escándalo provocado por una oscura trama de espionaje político.

Aunque calificó de «calumnias» las acusaciones, el ministro de Sanidad decidió renunciar a su cargo y justificó su decisión con el argumento de «evitar la manipulación por parte de la oposición» en plena campaña para las elecciones generales del próximo abril.

En una entrevista con «Canale5», Berlusconi confirmó su intención de hacerse cargo de forma provisional de esa cartera y se mostró «seguro» de que Storace no tiene nada que ver con «negocios de ese tipo».

El jefe del Ejecutivo se refirió así al caso de espionaje, conocido esta semana, que afectó a dos de los contrincantes de Storace en las elecciones de la región romana del Lazio el año pasado, Alessandra Mussolini -nieta del Duce- y Piero Marrazzo.

Según la prensa italiana, el objetivo de los detectives privados que seguían a ambos eran «manchar» la reputación de los candidatos en beneficios de Storace, que pese a todo perdió las elecciones.

Berlusconi insistió en que es «imposible» que Storace, de la derechista Alianza Nacional -partido que forma parte de la coalición de Gobierno-, esté implicado en el asunto.

La decisión de «Il Cavaliere» de asumir la cartera de Sanidad fue criticada por diputados como el de la centrista Margarita, de la oposición, Giuseppe Fioroni, que consideró el gesto «inoportuno e irresponsable».

Por otra parte, el primer ministro se refirió durante la entrevista televisiva a la petición de la Fiscalía de Milán de pedir su envío a juicio por un caso de pagos ilegales al abogado británico David Mills, y arremetió contra la actual magistratura italiana, a la que definió como «una enfermedad de nuestra democracia».

Berlusconi, que durante la actual legislatura ha mantenido serias diferencias con la Asociación Nacional de Magistrados, opinó que los jueces «están al servicio» de la oposición.

«La izquierda intentó, en los cinco años en los que gobernó, eliminar al líder de la oposición usando a los magistrados, que forman parte de ese bloque político», dijo textualmente el jefe de Gobierno italiano.

La dimisión de Storace y la petición de procesamiento han complicado la campaña electoral de Berlusconi -a la que concurre mostrando gran optimismo a pesar de no justificarlo con las encuestas-, que en las elecciones del 9 y 10 de abril se enfrentará al líder del centroizquierda Romano Prodi.