Al menos 28 personas, entre ellas varios niños, murieron ayer al
estallar una mina al paso de un autobús en el que viajaban
asistentes a una boda en la provincia oriental paquistaní de
Baluchistán, cuyo gobierno afronta una ola de violencia en la
frontera con Afganistán.
La mayoría de los pasajeros del vehículo fallecieron después de
que explotase hacia las 08.30 hora local (03.30 GMT) la mina a su
paso en el distrito de Dera Bugti, en la rica y enorme provincia de
Baluchistán, que ocupa el 40 por ciento del país.
El suceso se produjo a unos 300 kilómetros al este de Queta,
capital de Baluchistán, y también causó siete heridos graves,
indicó el portavoz del gobierno local, Raziq Bugti.
El camión quedó completamente destrozado por el estallido en una
carretera habitualmente utilizada por militares, que podrían ser el
objetivo de ese ataque.
Baluchistán, rica en reservas de gas natural, es la provincia
menos desarrollada y cuenta con ocho millones de habitantes. La
provincia ha sufrido constantes atentados desde hace más de un año
a causa de los frecuentes enfrentamientos entre rebeldes
separatistas de diversas tribus y las fuerzas de seguridad. Según
el portavoz Bugti, los pasajeros del autobús pertenecían en su
mayoría a la tribu Masoori y se dirigían a su distrito de Dera
Bugti, donde ha habido en los últimos meses una fuerte intervención
militar.
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