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Al menos 46 personas murieron ayer por la explosión de seis coches bomba en el barrio chií de Ciudad Sadr, en el este de Bagdad, mientras que la cifra de heridos se eleva a 204, según fuentes de la policía iraquí. Un portavoz policial dijo que dos de los coches bomba explotaron después de las 17.50 hora local (las 16.30 horas en Balears) en el mercado Al Ula, y el tercero, pocos minutos después, lo hizo en otro mercado popular llamado Al Kayara,

Con estas nuevas víctimas son ya 62 las personas que murieron y 237 las que resultaron heridas ayer en actos de violencia perpetrados en Bagdad además de en el citado barrio. Los atentados más mortíferos de la jornada de ayer. Los atentados fueron perpetrados en lugares muy concurridos, como son los mercados. Además se colocó el coche bomba en la zona donde se aglomera más gente y se hicieron explotar en la hora de mayor concurrencia.

Un cuarto vehículo estalló en el mercado de Adajel, mientras que el quinto y el sexto explotaron en el mercado de Maridi, indicó el portavoz. Además, un séptimo coche bomba fue desactivado por artificieros de la policía de Bagdad, añadió el portavoz. Los cadáveres y los heridos fueron trasladados a los hospitales de Al Kindi, Al Imam Ali, Ibn Al Nafis y Chuader en las cercanías de los lugares de las explosiones. El barrio de Ciudad Sadr, uno de los más depauperados de Bagdad y de población mayoritariamente chií es un bastión del movimiento del clérigo radical Muqtada al Sadr.

Al Sadr aseguró hace pocos días que sus milicias del «Ejército del Mahdi» se iban a hacer cargo de la seguridad en Ciudad Sadr después de que la pasada semana murieran ocho personas por una bomba colocada bajo un minibús.

Por otro lado, un total de noventa iraquíes, sospechosos de pertenecer a la resistencia, fueron capturados al suroeste de Bagdad por tropas combinadas iraquíes y estadounidenses, informaron ayer fuentes castrenses locales. Según un comunicado de las fuerzas armadas iraquíes, las detenciones se llevaron a cabo en las últimas 24 horas en dos localidades situadas en el denominado «triángulo de la muerte», donde son frecuentes los enfrentamientos entre las comunidades árabes suníes y chiíes.

Los atentados de ayer coincidieron con la reanudación del juicio contra el presidente derrocado Sadam Husein, y siete de sus principales ayudantes, por la matanza de 148 personas en la ciudad de Duyail en 1982, como represalia por un atentado fallido contra el convoy en el que viajaba Sadam. Durante la vista de ayer el juez escuchó los testimonios de tres de los acusados, que respondieron a las acusaciones y se declararon inocentes de los cargos que se les imputan.