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AGENCIAS-PARÍS
Los sindicatos de trabajadores y estudiantes endurecieron ayer su pulso contra el nuevo contrato laboral para jóvenes al convocar para el próximo 28 de marzo una jornada de paros y de manifestaciones en Francia, la cuarta desde el pasado 7 de febrero. Crecidos por las multitudinarias manifestaciones del pasado sábado, los sindicatos y organizaciones de estudiantes decidieron pasar a otra fase superior en la protesta, convocando paros laborales, huelgas y manifestaciones para el martes de la próxima semana, pero no sacaron la artillería pesada de la huelga general, con la que algunos amenazaban, mientras los bloqueos de universidades e institutos continuaban.

Con esta decisión, que supone una nueva vuelta de tuerca en la estrategia de acoso y derribo al CPE, los sindicatos hicieron oídos sordos al nuevo llamamiento al diálogo lanzado por el presidente Jacques Chirac.

Al manifestar su apoyo al CPE por cuarta vez en ocho días, Chirac apeló a la «responsabilidad» de los sindicatos, pero también a los representantes de las organizaciones de estudiantes, para abrir un «diálogo constructivo» para «mejorar» el texto.

El problema es que éstos ponen como premisa a un eventual diálogo que el CPE sea retirado, mientras que el primer ministro, Dominique de Villepin, defiende que la reforma adoptada hace once días por el Parlamento sea aplicada y que se negocien posteriores mejoras. Lo único que lamenta Villepin es la «incomprensión» que el método empleado para sacar adelante el CPE -por vía de enmienda y sin previa concertación sindical- ha generado, pero mantiene que su reforma «merece una oportunidad», pues «generará empleos».

En su cruzada, Villepin obtuvo ayer el apoyo de un selecto grupo de una veintena de jefes de grandes empresas y de 'pymes'.