Romano Prodi, candidato de la coalición de centro-izquierda, momentos antes de votar en Bolonia.

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El Ministerio del Interior italiano informó anoche de que el 66,5% de los inscritos en el censo habían votado para el Parlamento al cierre de los colegios electorales, que hoy lunes volverán a abrir hasta las 15.00 horas. En los comicios de 2001 votaron finalmente el 81,4% de los censados.

En varios colegios de Cornuda (nordeste) y Amelia se descolgaron los crucifijos de las aulas, a solicitud de algunos votantes o por iniciativa del presidente de la mesa, pero no fue así en Senigallia (centro), donde un elector, que se declaró ateo, renunció a depositar su sufragio ante la presencia de esa imagen.

Los resultados de los comicios en Italia son inciertos, pero gane quien gane tendrá que afrontar un plan de choque para revitalizar un país con una economía estancada, baja productividad y poca competitividad.

La jornada electoral del domingo estuvo marcada por algunos incidentes aislados. El más significativo fue el lanzamiento esta madrugada de tres cócteles «molotov» y la colocación de un artefacto casero, que no explotó, en un colegio de Vittorio Veneto (noreste), donde se encontraron octavillas de un grupo anarquista.

Los crucifijos presentes en las aulas fueron motivo de polémica en tres colegios electorales, pues mientras en algunos se retiraron a petición de electores, otro no votó al no descolgarse el símbolo religioso.

El presidente de «los Verdes», Alfonso Pecorano, denunció que el sábado se recibieron mensajes con la voz de Berlusconi en los que explicaba su programa. El coordinar regional de Forza Italia en Turín aseguró que los representantes de su partido habían sido atemorizados en algunos colegios electorales de la ciudad.

Los principales líderes políticos votaron por la mañana, entre ellos Prodi, acompañado de su esposa Flavia Franzoni, en Bolonia, y Berlusconi en Milán, con su madre, Rosa Bosi.

El líder de la coalición de centroderecha «Casa de las Libertades» protagonizó una anécdota al ser reprendido por un interventor del Olivo -partido incluido en la Unión que encabeza Prodi- ante la mesa electoral.

Berlusconi dijo a su madre que tenía que poner una cruz en el símbolo de Forza Italia -su partido- y el interventor le advirtió: «Mire que no se puede» (dar una indicación para el voto), a lo que él respondió sonriendo: «¿Ni siquiera con la madre?». Una vez emitido el voto, ambos se dieron la mano.