En cambio, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbás, anunció ayer en la ciudad marroquí de Casablanca, que viajará inmediatamente a Europa -y en primer término a Francia- para pedir la ayuda «que puede salvar a la Autoridad que lidero, la única representante legítima del pueblo palestino, de la descomposición total».
«Algunos insinúan que este gobierno sólo durará un mes o dos, y yo os digo que este gobierno cumplirá su mandato constitucional de cuatro años», manifestó ante los concentrados en una mezquita al aire libre en el campo de refugiados de Jabaliya, en la franja de Gaza. «Somos los guardianos de los derechos palestinos y no los traicionaremos, no los abandonaremos y no cederemos», añadió.
El primer ministro dijo a sus partidarios que Dios estará de su parte. «Estad tranquilos, sed pacientes, permaneced unidos», señaló. «El pueblo palestino no cederá su gobierno, no importa cuántos sacrificios tenga que hacer. Estamos dispuestos a comer sal y aceitunas», añadió.
Tras la llegada de Hamás al Gobierno en las elecciones del pasdo enero, EEUU y la UE han decidido congelar sus ayudas a la Autoridad Palestina, con excepción de la ayuda humanitaria. Además, Israel ha anunciado que no transferirá a los palestinos los impuestos recaudados por funcionarios israelíes pero que corresponden a los palestinos, y que ascienden a más de 40 millones de euros al mes.
Abbás añadió que «la Unión Europea debe saber que su ayuda es necesaria para permitir a la ANP resistir y evitar su descomposición total».
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