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EFE-GAZA
Un grupo hasta ahora desconocido, las Brigadas de la Sagrada Yihad, ha reconocido que tiene secuestrados al corresponsal y al cámara de la cadena de televisión Fox, capturados hace 10 días, y ha lanzado un ultimátum de 72 horas para cumplir ciertas condiciones; de lo contrario, amenaza con matarlos.

Ambos subrayan que las condiciones de su cautiverio son buenas. «Nuestros captores nos tratan bien», dice Centanni. Centanni describe que ambos reciben agua potable, comida, ropa limpia, duchas y tiene acceso a un cuarto de baño. Por su parte, Wiig pidió ayuda para que sean liberados.

En un comunicado remitido a la prensa, el nuevo grupo pide «la liberación inmediata de los musulmanes que están en cárceles americanas» y amenaza de lo contrario con «sacrificar» a sus cautivos.

Las Brigadas de la Sagrada Yihad, sobre las que no se sabe si están vinculadas a otro grupo, emitieron además un vídeo de los secuestrados en el que aparecen solos, vestidos con ropa de deporte y sobre un fondo oscuro que no revela detalle alguno.

Se trata de la primera información que emiten los secuestradores desde que capturaron a los periodistas.

«Si pudierais presionar al Gobierno local aquí en Gaza y en Cisjordania, lo apreciaríamos mucho Steve y yo», afirma Wiig.

El corresponsal Steve Centanni, estadounidense de 60 años, y el cámara Olaf Wiig, neozelandés de 36, fueron capturados hace diez días momentos después de aparcar su coche delante del hotel en el que residían en la costa de la ciudad de Gaza.

Un grupo de palestinos con la cara descubierta y que viajaban en un todoterreno metieron a la fuerza a Centanni y a Wiig en el maletero de su vehículo y derribaron de un codazo en la cara a uno de los guardaespaldas extranjeros que protegían al equipo de periodistas.

El suceso, que duró a penas segundos y fue llevado a cabo, según testigos, con bastante profesionalidad, se registró ante un grupo de miembros de las fuerzas palestinas de seguridad que se resistieron a intervenir y se preocuparon de proteger a aquellos a los que escoltaban.

Los secuestros de periodistas extranjeros se han repetido durante los últimos años en Gaza, pero en casi todos los casos acabaron con la liberación de los rehenes pocos días e incluso horas después de su captura.

Cuando se produjo el secuestro, el Departamento de Estado estadounidense recomendaba a sus ciudadanos no entrar en la franja de Gaza por temor a ser objeto de agresiones.