Mujeres palestinas ante los restos de viviendas destruidas por misiles israelíes en la franja de Gaza.

TW
0

AGENCIAS-GAZA
Los tanques israelíes volvieron a irrumpir en el Norte de la Franja de Gaza en la madrugada de ayer en la mayor incursión del Ejército hebreo en territorio palestino desde la captura, el pasado 25 de junio, del capitán Gilad Shalit, todavía en manos de la resistencia palestina.

Las máquinas de guerra de Israel no han llegado a abandonar del todo el Norte de la Franja de Gaza y su presión sobre la resistencia se ha intensificado desde la captura del soldado hebreo Shalit. Según fuentes castrenses israelíes, la operación de ayer tenía como objetivo impedir el lanzamiento de cohetes 'qassam' sobre Israel.

La operación militar se saldó con al menos 8 milicianos palestinos muertos y más de 30 heridos, entre ellos dos civiles, además de un militar israelí que perdió la vida durante el transcurso de la ofensiva en Bait Hanun. El Gobierno de Hamás ya ha advertido que este ataque tendrá «un influencia negativa» en las negociaciones para liberar al soldado hebreo capturado.

La Infantería israelí, apoyada por tanques y helicópteros, entró antes del amanecer en Bait Hanun, provocando intensos tiroteos con milicianos palestinos armados.

Fuentes médicas palestinas aseguraron ayer que el número de muertos podría aumentar, debido a que los soldados israelíes impidieron el acceso a un edificio donde fueron localizados un número adicional no identificado de heridos.

Por su parte un portavoz del Ejército hebreo indicó que la operación en Bain Hanun podría prolongarse durante los próximos días, pero que no representa ninguna novedad significativa respecto a las operaciones previas llevadas a cabo en la zona desde la captura de Shalit.