Vista general de la conferencia regional de Bagdad celebrada ayer en la capital iraquí. Foto: EFE

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ALI MUSA-BAGDAD
La conferencia de Bagdad celebrada ayer en Irak ha insistido en la estabilidad y seguridad de Irak, y ha propiciado unos inéditos contactos directos entre EEUU e Irán, calificados de positivos por la delegación estadounidense.

En la rueda de prensa celebrada tras la reunión, Jalilzad precisó que «esperaremos y veremos cómo evoluciona la situación, especialmente en la cuestión de la entrada de armas y personas y el apoyo a las milicias».

Zalmai Jalilzad, jefe de la misión estadounidense, aseguró que las conversaciones con Irán durante la conferencia, en la que han participado los países vecinos de Irak y los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, suponen un «buen primer paso» para la seguridad y la estabilidad en Irak.

Pese a estos mensajes, los participantes en esta conferencia celebrada en el Ministerio de Exteriores iraquí no pudieron consensuar una fecha para la esperada reunión de los ministros de Exteriores de estos mismos países.

Estados Unidos acusa a Irán y a Siria de obstaculizar la estabilidad en Irak permitiendo la llegada de hombres y armas para los grupos insurgentes suníes y las milicias chiíes. Las relaciones entre Washington y Teherán se interrumpieron en 1979 tras el triunfo de la revolución islámica en Irán.

El responsable norteamericano describió la conferencia de Bagdad de constructiva y subrayó que había habido un diálogo fructífero entre los participantes. El ministro de Exteriores iraquí, Hoshiyar Zebari, aseguró por su parte que EEUU, el Reino Unido, Siria e Irán coincidieron en la necesidad de colaborador para lograr la seguridad y estabilidad de Irak, y también calificó de «positivo y constructivo» el ambiente de la conferencia.

Zebari explicó que los presentes «escucharon las ideas iraquíes sobre la manera en la que los países y las organizaciones pueden apoyar a Irak para conseguir la seguridad y la estabilidad y superar la crisis actual».

Antes del comienzo de las conversaciones, el primer ministro iraquí Nuri al Maliki aseguró que el plan de reconciliación nacional es el único medio para salvar al país, e insistió en que el terrorismo «que ha intentado sembrar el sectarismo» ha obstaculizado la marcha de la reconstrucción nacional. Además, pidió a los países participantes que no interfieran en los asuntos internos de Irak.