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JOSÉ LUIS PANIAGUA-LA HABANA
Cuba celebró ayer el Primero de Mayo con actos multitudinarios en todo el país, pero sin la presencia del líder de la revolución, Fidel Castro, en el acto principal, celebrado en La Habana, tras días de conjeturas sobre su posible reaparición. En una jornada que comenzó con la publicación en la prensa local de un nuevo artículo de Fidel Castro, los habaneros acudieron en masa a la Plaza de la Revolución, donde pudieron comprobar que el líder cubano, que no aparece en público desde el 26 de julio del pasado año, no estaba presente, lo que ha reabierto el debate sobre el estado de salud del líder cubano.

El líder de la CTC expresó el deseo «más ferviente de recuperación» para el líder cubano y elogió en su intervención el «verdadero programa de integración» que es la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), reafirmó la defensa y consolidación del socialismo en Cuba y convocó a todos los trabajadores y al pueblo al «profundo estudio y análisis» de las reflexiones de Castro.

El presidente provisional de Cuba, Raúl Castro, presidió el acto, pero la única alocución correspondió al secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Salvador Valdés. Valdés se refirió al último mensaje de Castro, divulgado ayer, en que el presidente insistió en sus críticas contra el uso de biocombustibles elaborados a partir de alimentos y denunció la excarcelación del anticastrista Luis Posada Carriles, acusado de terrorismo por Caracas y La Habana.

Además, pidió «prisión para el verdugo» Posada y reclamó la puesta en libertad de cinco agentes cubanos presos en EEUU acusados de espionaje, temas centrales de una jornada en la que no hubo reivindicaciones laborales. En las casi dos horas de marcha se vieron pancartas alusivas a Posada e innumerables consignas de apoyo a la revolución.

Algo decepcionados por la ausencia de Castro, los 1.645 invitados de 42 países que viajaron hasta La Habana aprovecharon para hacerse fotografías en la Plaza de la Revolución y corear consignas. «Esto es la meca de todos los trabajadores del mundo», declaró Antonio, un sindicalista uruguayo de 59 años, que ondeó durante todo el desfile la bandera de su país con la esperanza de que Fidel Castro apareciera «aunque sea los cinco minutos finales».

Otros, como el dominicano Isidro, de 39 años, aseguró que todos sabían «que no iba a venir pero lo importante es que está toda esta gente aquí». Entre los cubanos, la mayoría se mostró consciente de las limitaciones que impone a Fidel Castro la convalecencia que le obligó a delegar provisionalmente sus cargos el pasado 31 de julio por una enfermedad que se mantiene como secreto de Estado.

«Lo importante es que se recupere. El está aquí con nosotros, además, lo está viendo todo por televisión, está viendo que todo el pueblo ha venido», dijo Zoila de 59 años. «Estamos todos con Fidel y él está con nosotros, aquí está el pueblo para demostrar, una vez más, que estamos con Fidel, con Raúl y con la revolución», señaló Yoandris, un joven, que acudió acompañado de otros cuatro amigos a la marcha. Sin embargo, William, de 20 años, no podía ocultar su decepción por no ver al comandante en jefe tras haber estado «despierto toda la noche para estar aquí temprano».