Si Sarkozy «sueña con conocer un nuevo mayo del 68 para restablecer el orden, yo quiero, por el contrario, anticipando y creando diálogo, democracia, compromisos sociales, convergencias inteligentes», que Francia «pueda avanzar sin perder tiempo, sin bloques (...). En una palabra, sin violencia».
«Invito a los electores que confiaron en mí a que no concedan su sufragio ni a la señora Royal ni al señor Sarkozy, y que se abstengan masivamente», clamó Le Pen.
Mientras, a cinco días de la última ronda de las Presidenciales, la candidata socialista al Elíseo, Ségolene Royal, se presentó ayer como abanderada de la «paz civil». Ante unos 40.000 seguidores que llenaban el estadio parisino de Charléty para un mitin-concierto al aire libre, Royal replicó a los ataques de Sarkozy contra el movimiento estudiantil del mayo de 1968 y su herencia.
Y pidió a «todos» los franceses que «reflexionen en conciencia» sobre la voluntad de Sarkozy, expresada en un mitin multitudinario el pasado domingo en el complejo parisino de Bercy, de «liquidar» la herencia de mayo del 68 y de «reformatear» a los franceses.
Unas 250 manifestaciones se registraron ayer en todo el territorio francés con motivo de la celebración de la fiesta del Primero de Mayo y todas ellas, especialmente la multitudinaria marcha de París, estuvieron marcadas por el contexto electoral presidencial.
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