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EFE-VARSOVIA Los hermanos Jaroslaw y Lech Kaczynski, que durante dos años mantuvieron un control férreo sobre Polonia al frente del Gobierno y de la Presidencia del país, se han visto obligados a aceptar la anticipación de las elecciones generales en las que, según anuncian los sondeos, sufrirán una dura derrota.

La decisión sobre la anticipación de los comicios, que podrían celebrarse el 21 de octubre, fue adoptada hoy por el Consejo Político del partido de los hermanos Kaczynski, Ley y Justicia.

La iniciativa para el adelanto electoral fue presentada por la oposición, que desde hacía meses consideraba que la situación política de Polonia, azotada por constantes crisis y conflictos en el seno del Gobierno, era insostenible y perjudicial para el país.

Guerra
La guerra de los hermanos Kaczynski contra sus socios de coalición, los populistas de Autodefensa y los católicos nacionalistas de la Liga de las Familias, se debió al deseo del primer ministro de mandar en la alianza como soberano, sin tener que discutir ni consultar nada con sus socios.

No lo consiguió porque tanto el líder de Autodefensa, Andrzej Lepper, como el de las Familias Polacas, Roman Giertych, comprendieron que, si se dejaban aplastar, desaparecerían de la vida política.

Como consecuencia, Lepper y Giertych decidieron unir sus fuerzas en un partido único al que dieron el nombre de LiS y que en los primeros sondeos ya ha conseguido índices muy superiores de popularidad a los que tenían los dos pequeños partidos por separado.

Ese paso, que significaba que los socios de la coalición, lejos de doblegarse al dictado de los Kaczynski, estaban determinados a dar aún mucha más guerra, empujó al primer ministro y a sus colaboradores a tratar de deshacerse no del apoyo de los diputados de las dos agrupaciones, sino de sus líderes.

Con ese fin, la Oficina Central Anticorrupción (CBA) montó una operación contra Lepper y le tendió una trampa encaminada a involucrarlo en el cobro de un soborno por la recalificación de unos terrenos agrícolas.

Lepper, que además de viceprimer ministro era titular de Agricultura, no cayó en la trampa, en la que la CBA utilizó a agentes que se hacían pasar por empresarios e hizo uso de documentos fabricados en sus oficinas, porque alguien le advirtió del peligro que corría.

Esa filtración aceleró la desintegración del Gobierno, pues provocó la destitución del ministro de Interior Janusz Kaczmarek, del comandante nacional de la Policía y de la Oficina Central de Investigación, un cuerpo selecto de la Policía criminal. Estaba visto que Jaroslaw Kaczynski había perdido la iniciativa y el control sobre los acontecimientos.