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MERCEDES SALAS-BRUSELAS
Los países de la UE autorizaron ayer sembrar las tierras que están sometidas al barbecho obligatorio y aumentar así la producción de cereales en la próxima campaña, mientras que Bruselas propondrá en breve suspender un año los aranceles que restringen su importación, tal y como pidió España.

El Consejo de Agricultura interrumpió el régimen de retirada de tierras -que obliga a los agricultores a dejar sin sembrar un 10% de su área de cultivo-, con el fin de que en este otoño y en la próxima primavera ese porcentaje de superficie pueda incrementar la producción de cereal y evitar los altos precios por falta de oferta.

Con esta medida, España espera poner en producción 730.000 hectáreas más y la Comisión Europea calcula que podrían incrementarse las cosechas de cereales en la Unión en 10 millones de toneladas. A esta decisión esperada, se unió el anuncio de la comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, de proponer por un año la suspensión de los actuales derechos aduaneros a la entrada de cereales, una medida adicional que solicitó la ministra española de Agricultura, Elena Espinosa.

España, con el apoyo de otros países, solicitó ir «más allá» de la suspensión del barbecho obligatorio e interrumpir temporalmente los citados gravámenes aduaneros.

La comisaria indicó que en breve presentará un proyecto legal para interrumpir por un año (de julio de 2007 a final de junio de 2008) los derechos arancelarios que se aplican a los envíos de cereal de países terceros. Actualmente, los aranceles son relativamente bajos y se imponen a algunos cereales, como la cebada o el maíz, rondan los dos euros por tonelada, pero por ejemplo no se aplican a la entrada de trigo.

La comisaria aclaró que si los ministros de la UE aprueban esta apertura, «será una suspensión de los aranceles y no una abolición», pues podrían reintroducirse los impuestos aduaneros una vez que se restablezca la situación del mercado. La cosecha de 2006 en los 27 países de la UE (265'5 millones de toneladas) fue inferior a las previsiones, lo que ha provocado una escasez de existencias al final de la campaña de comercialización de 2006/07 y ha hecho que los precios alcancen niveles sin precedentes, según recordó hoy la comisaria.