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OTR/PRESS-RANGUN La Junta Militar de Birmania admitió ayer por primera vez que cientos de monjes budistas fueron detenidos durante las protestas pacíficas de la conocida como 'Revolución Azafrán'. Además, las Fuerzas de Seguridad buscan a otros cuatro «que están huidos». Este anuncio se produjo el mismo día en que el enviado especial de la ONU a la zona, Ibrahim Gambari, expresó su «prudente» optimismo ante el Consejo de Seguridad de la organización rememorando su reciente visita. El presidente de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, fue más allá criticando directamente al régimen birmano, a quien atribuye una represión «repugnante e inaceptable» contra los manifestantes pacíficos.

Interrogatorios
Según un comunicado oficial de la Junta, durante las recientes protestas se detuvieron a 513 monjes, un novicio, 167 hombres y 30 mujeres discípulos de los monasterios, de los cuales la mayoría fueron liberados tras un «examen cuidadoso».

No obstante, «a fecha de hoy, 109 monjes y mueve hombres continúan siendo interrogados», reconoció el Gobierno. El secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, calificó de «repugnante e inaceptable» la represión llevada a cabo por las Fuerzas de Seguridad birmanas contra los manifestantes que tomaron las calles durante las últimas semanas. Por esta razón, Ban Ki-moon instó a la Junta Militar a caminar hacia la «democratización y el respeto de los derechos humanos». Por su parte, el enviado especial de la ONU a Birmania, Ibrahim Gambari, afirmó ante el Consejo de Seguridad de la organización que es «prudentemente optimista» respecto a las posibilidades de diálogo entre el líder de la Junta Militar y la dirigente opositora Aung San Suu Kyi, con los que Gambari se reunió durante su reciente visita. Pese a que el diplomático nigeriano reiteró que «la actual es una oportunidad histórica en Birmania», no se mostró excesivamente confiado en que se llegue a celebrar la reunión anunciada por el general Than Shwe a cambio de que la opositora renuncie a la confrontación. «Un paso necesario para que haya un diálogo nacional genuino es la liberación de todos los presos, sobre todo los enfermos y los ancianos», añadió Gambari.