La victoria del liberal Donald Tusk en las elecciones polacas frente al conservador Jaroslaw Kaczynski ha dado paso a la toma de posiciones previa a la negociación de pactos de gobierno, que comenzará hoy tras la ratificación de los resultados por la Comisión Electoral.
A pesar de su victoria, la Plataforma Ciudadana de Tusk no alcanzó la mayoría absoluta por 22 escaños y necesitará pactar con otras formaciones para gobernar sin sobresaltos.
Todo apunta a que esos acuerdos se cerrarán con el Partido Campesino (PSL), de corte moderado, que obtuvo 31 parlamentarios en estos comicios y con el que los liberales ya han pactado en varias regiones y ayuntamientos del país con buenos resultados. El líder de PSL, Waldemar Pawlak, reconoció ayer en la radio pública polaca que «las negociaciones con PO ya han comenzado».
El vencedor, Donald Tusk, rechazó confirmar si se le propondrá como primer ministro de Polonia, y anunció que el PO esperará a la convención del próximo 10 de noviembre para analizar posibles pactos postelectorales. «No es una cuestión de lo que yo deseo, sino que se trata de una responsabilidad seria pero, por supuesto, es posible que me convierta en el nuevo primer ministro», explicó Tusk tras una reunión con la ejecutiva de su partido.
El líder liberal comparecerá hoy en una rueda de prensa para explicar cuáles serán los siguientes pasos de Plataforma Ciudadana tras las elecciones.
Después del silencio que se impuso durante la campaña electoral, más allá del apoyo de la emisora confesional Radio Maryja a Kacynski, la Iglesia católica volvió a hacer acto de presencia en la vida pública polaca «Las elecciones fueron un plebiscito cuyo resultado demostró que los polacos querían estabilidad y calma», afirmó ayer el Arzobispo Slawoj Leszek Glódz, quien destacó que la Iglesia «se comportó con total neutralidad durante los comicios y se mantuvo alejada de los partidos políticos».
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