Pakistán tiene desde ayer un nuevo Gobierno, después de que terminase el mandato del anterior y a la espera de las próximas elecciones de principios de enero. Sin embargo, y pese a que las tensiones en las calles son patentes y el estado de excepción sigue en vigor, para el presidente, Pervez Musharraf, se trata de la «transición más tranquila» entre ejecutivos.
Una opinión que no comparte la líder opositora Benazir Bhutto, que recién liberada de su arresto domiciliario repitió las demandas mantenidas durante estas semanas: dimisión para Musharraf y comienzo de conversaciones con otros partidos de la oposición para ofrecer un Gobierno alternativo de unidad.
El nuevo Gobierno, encabezado como era previsible por Mohammadmian Soomro como primer ministro, prestó ayer juramento escuchando una intervención del presidente marcada por el llamamiento de continuidad.
«Insto al gabinete en su corta vida que continúe con las políticas que estaba llevando a cabo el Gobierno saliente», afirmó en su discurso, confiando en que la situación política no varíe en absoluto hasta que las elecciones parlamentaria de enero fijen un gabinete a largo plazo.
Democracia
Musharraf calificó este cambio de gabinete como «la transición más tranquila» en la historia de Pakistán, alabándose por introducir la esencia de la democracia en el país, pese a que actualmente está en vigor un decreto de estado de excepción que mantiene en jaque a todo un pueblo. «He introducido la verdadera democracia, las asambleas han completado sus mandatos, hemos tenidos dos veces elecciones locales, a la Asamblea Nacional, al Senado y a las asambleas provinciales», se congratuló Musharraf.
Sin embargo, desde la comunidad internacional se cree que quedan demasiadas cosas por mejorar, como lo demuestra la significativa visita del vicesecretario de Estado norteamericano, John Negroponte, quien representa a uno de los tradicionales de Pakistán, pero que discrepa de las últimas medidas presidenciales.
El «número dos» del Departamento de Estado norteamericano, John Negroponte, llegó ayer a Pakistán para reunirse con el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, por primera vez desde que este declaró el estado de excepción en el país, el pasado día 3. Negroponte llegó a Pakistán procedente de Malí, y los medios especulan sobre si presionará a Musharraf para que ponga fin al estado de excepción decretado, entre otras razones, por las supuestas injerencias del poder judicial en la labor del Gobierno. Negroponte llegó a Pakistán procedente de Malí, y los medios especulan sobre si presionará a Musharraf para que ponga fin al estado de excepción decretado, entre otras razones, por las supuestas injerencias del poder judicial en la labor del Gobierno. «Nuestro mensaje es que queremos trabajar con el Gobierno y la gente de Pakistán y los actores políticos en Pakistán para devolver el proceso político a la normalidad lo antes posible», dijo Negroponte durante su estancia en Malí.
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