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El norirlandés Sean Hoey, un electricista de 38 años, fue declarado ayer inocente del asesinato de 29 personas, dos de ellas españolas, en el atentado de Omagh en 1998, la acción terrorista más sangrienta del conflicto de Irlanda del Norte.

El supuesto miembro del IRA Auténtico, la escisión del Ejército Republicano Irlandés (IRA) responsable de la matanza, también fue absuelto de los otros 27 cargos que pesaban sobre él, según dictaminó el juez instructor, Reginald Weir.

Hoey, natural de la localidad norirlandesa de Jonesborough, en el condado fronterizo de Armagh, se había declarado inocente de los 56 cargos que le imputaba la acusación relacionados con su supuesta participación en una campaña terrorista que podría haber culminado con la explosión de Omagh el 15 de agosto de 1998. Después de casi doce meses de deliberaciones, el magistrado criticó duramente en su sentencia las investigaciones sobre el atentado efectuadas por el Royal Ulster Constabulary (RUC, antigua Policía norirlandesa).

El juez considera que las pruebas forenses presentadas por la Fiscalía durante el proceso no cumplían con los estándares requeridos por el tribunal, por lo que existían «dudas razonables» sobre la autoría.

Pruebas forenses
La Fiscalía había fundamentado sus argumentos en un amplio estudio de las pruebas forenses disponibles, como sofisticados análisis de ADN.
Durante el proceso, la acusación explicó que los análisis genéticos de todos los artefactos explosivos -excepto dos- relacionados con los cargos presentados contra Hoey, demostraban que fueron elaborados con la misma marca de temporizadores y por la misma persona.

No obstante, la defensa logró crear dudas después de que los expertos forenses reconociesen que se habían perdido algunos de esos temporizadores y que otro recuperado en la escena del atentado de Omagh podría haber sido contaminado. También se cuestionó la validez de la técnica aplicada en los análisis del ADN de Hoey.

El juez instructor calificó de «chapucero» el etiquetado, embalado y registro de las evidencias forenses, al tiempo que acusó a dos agentes de policía de «engordar deliberadamente» las pruebas para reforzar los argumentos de la Fiscalía.