La senadora Hillary Clinton, asombrada tras su resurgimiento de votos. Foto: CARLOS BARRIA/REUTERS

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OTR/PRESS-WASHINGTON

Cambios en las primarias estadounidenses después del test de New Hampshire. Hillary Clinton, entre los demócratas, y el senador republicano John McCain se impusieron en el segundo envite a sus respectivos rivales. La previsibilidad del resultado en el Partido Republicano contrastó con la relativa sorpresa de la victoria de la ex primera dama, después de perder su posición ventajosa en los sondeos previos en el último momento para cederle la condición de favorito a Barack Obama, que se conformó finalmente con el segundo puesto.

La batalla de New Hampshire, la segunda desde que comenzasen las primarias para optar a la Presidencia en Estados Unidos, dio resultados reñidos y especialmente significativos en el Partido Demócrata. La senadora Clinton logró el 39% de los votos, frente al cercano 37% obtenido por Obama y el 17% de John Edwards, que había quedado segundo en Iowa. Clinton resurgió en el mismo estado en que lo hiciese su marido en 1992, después de mostrar su lado más emotivo, y aprieta unas primarias que parecen definidas finalmente como cosa de dos.

Según informaciones de The Washington Post, la campaña de la senadora convenció en New Hampshire a mujeres y mayores, que compensaron el voto joven que primó a Obama. «Ahora, juntos, vamos a dar a América este impulso que New Hampshire me acaba de dar a mí», agradeció la ex primera dama. Por su parte, Obama aseguró que todavía está «motivado y listo para luchar». «Quiero felicitar a la senadora Clinton por una victoria duramente disputada», explicó, especialmente porque su rival y compañera «ha hecho un trabajo excepcional», en unos días en los que «cambio» es la palabra más escuchada entre los participantes demócratas.

Los combates en las urnas de los candidatos se siguen con atención en todo el mundo, incluso en Kenia, especialmente en la aldea ancestral de Obama. «Sé que mi nieto será el número uno porque es muy brillante», subrayó la abuela del senador, de 85 años, convencida de contar en un futuro próximo con un presidente en la familia.